Uno de los temas candentes del rugby tucumano en los últimos años -este en especial- viene siendo la migración de jugadores: cada vez son más los jóvenes que cruzan el Atlántico para jugar en las diferentes ligas europeas, ya sea para vivir la experiencia de ser un profesional del rugby o la de vivir en un país diferente. Este fenómeno -que preocupa a los clubes y a las uniones- es exclusivo del rugby masculino. El femenino, mucho más joven y menos desarrollado en Argentina, le teme hoy por hoy mucho más a la deserción que al éxodo. Sin embargo, hay mujeres que ya han dado el primer paso. Una es Isabel Fontanarrosa, quien este fin de semana tuvo su presentación como apertura de Club de Rugby Arquitectura Técnica (CRAT), uno de los ocho equipos que compiten en la División de Honor, la máxima categoría del rugby femenino de España.
“El equipo se fue armando con jugadoras de distintos seleccionados de rugby XV que estuvieron peleando por la plaza para el Mundial de Nueva Zelanda y con chicas del seven. Aspiramos a entrar en los play off esta temporada”, comenta la jugadora surgida en Cardenales, quien ya había estado cerca de sumarse al club gallego a principios de año, pero no pudo por cuestiones burocráticas propias de la pandemia.
Una tucumana jugando en Europa puede sonar a novedad para cualquiera, pero no lo es para “Isa”: ya en 2019 había tenido una experiencia en Francia como jugadora de Lons, en Pau, cerca de los Pirineos. Fue la primera rugbista de la provincia en jugar en el Viejo Continente, y al día de hoy sigue siendo la única. Y es que esto de abrir camino tampoco es nuevo para ella: no solo fue una de las jugadoras de la camada fundacional de Cardenales (el primer equipo de club de Tucumán, en 2009), sino también una de las primeras en jugar torneos del Circuito Mundial de Seven con Las Pumas.
Si bien en “Nales” y en las Naranjas solía desempeñarse como wing por su gran velocidad, en Europa le tocó distribuir el juego: en Lons la pusieron de medio scrum y en CRAT le toca jugar de apertura. “Voy aprendiendo, conociendo el puesto y la idea de juego de los entrenadores. La experiencia en Francia y en el último Argentino con las Naranjas me suma en los puestos de distribución de juego”, le cuenta a LG Deportiva la ex Puma desde La Coruña, ciudad en la que se ubica su nuevo club.
“Es una ciudad muy chica y muy bonita, prácticamente rodeada de mar. Vivo en el centro y todos los días trato de conocer algo nuevo. Si el clima lo permite, salgo a caminar por ahí”, cuenta. Como compañera de vivienda, le tocó Claudia Barrio, una joven promesa del rugby español. “Tiene 19 años y nos llevamos muy bien. Empezamos a jugar rugby el mismo año, solo que ella con ocho y yo con 21”, compara.
Este año, por primera vez, Cardenales no pudo clasificarse al Nacional de Clubes, torneo que dominó durante varios años. “Isa”, que formó parte de ese reinado, lo sufrió a la distancia. “Fue muy doloroso, pero entiendo que son procesos y que quienes siguen ahí trabajando por nuestro rugby y nuestro club hacen todo el esfuerzo necesario. Ya volveremos al Nacional con nuestras jugadoras más jóvenes y tendré oportunidad de acompañar más de cerca”, anticipa. Por otro lado, tuvo la satisfacción de que Liceo (club del que fue entrenadora hasta antes de partir a España) se clasificó al Nacional Juvenil: “es un gran orgullo. Dejé de entrenarlas una semana antes del clasificatorio, con mucho pesar, pero siento ese Regional tan mío como los que estuvieron. No tengo dudas de que harán un buen torneo”.